BRAM VAN VELDE
El pintor Bram van Velde fue un hombre que vivió hasta tal punto aislado en el transcurso de su larga existencia (1895-1981) que no tuvo más que cuatro o cinco personas que verdaderamente le prestaron atención porque intuyeron lo que palpitaba en él. Una de ellas fue Samuel Beckett, poeta irlandés, que reparó en este holandés profundamente solitario y callado al que pintar le resultaba muy difícil, porque buscaba eliminar lo accesorio y encontrar lo esencial. Detectó en el una especie de “negligencia categórica, de altiva desidia” hacia todo lo relacionado con la pintura: el estudio de formas y colores. Y así lo fue.
Asignado al “abstractivismo lírico”. Sin embargo el se mantenía muy alejado de cualquier movimiento artístico. La pintura para él es duda, dificultad, inseguridad, extrema fragilidad, límite. Y este mismo hecho es el que me interesa destacar de Van Velde.
El nunca desistió y entrega toda su vida a la pintura. Esta se convierte en un reto y miedo que superar cada día. El persigue la verdad y comprende la pintura como una necesidad interior o una suerte de salvavidas, terapia, autodescubrimiento o iluminación. Todo este empeño me resulta muy admirable y sincero. Y cuando digo sincero quiero decir sincero consigo mismo. “ El público admira el éxito, el dinero, la fortuna. Pero cuando uno busca la vida, no hay ningún sostén”, afirma Van Velde.
Siempre he pensado que los grandes genios son así y me refiero a que el Arte se vuelve para ellos como una forma de vivir y no una formalidad existencial. Es algo tan extremadamente fuerte lo que ellos experimentan en su interior que algunos se acaban suicidando, cortándose la oreja o simplemente quedándose fiel a sus mundos como en el caso de Van Velde. En mi opinión todo genio está enfermo de su sana locura, de un pálpito interior que le permite ir más allá de lo sumamente objetivo. Así afirmaba el creador “ De lo espiritual en el arte”, Kandinsky : “ Una proposición esencialmente de despertar la capacidad de captar lo espiritual en las cosas materiales y abstractas, capacidad absolutamente necesaria en el futuro, que hace posibles innumerables experiencias.” 
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